Hoy traigo a colación un aspecto de las compraventas de fincas rústicas.
Los impuestos que se generan en caso de venta de una finca rústica son similares a los de la venta de una propiedad urbana.
Para el vendedor, debe de declarar la venta del bien inmueble en la declaración de la renta del año siguientes, y tributará por la ganancia o pérdida patrimonial que haya tenido con la operación.
El comprador por su parte, tiene que pagar el impuesto de transmisiones patrimoniales, que actualmente oscila entre el 6 % y el 10 %, dependiendo de la Comunidad Autónoma.
Si el que adquiere tiene la consideración de explotación prioritaria, puede obtener una bonificación que oscila entre el 75 % y el 85 %.
En la operación de venta de fincas rústicas, no hay plusvalia, ya que este impuesto se refiere sólo a los terrenos de naturaleza urbana.